
¡Hago negocio!
Un artista, como cualquier otro emprendedor, guste o no guste, necesita estrategias y organización para poder vivir de su arte.
Tiene que tener en claro cuáles son sus metas, en qué ambiente se tiene que desarrollar, cuál es su mercado potencial, que recursos necesita para llevar adelante su plan y que pasos concretos tiene que dar.
Todos estos puntos, deben estar escritos, con fechas de inicio y de finalización. Nada debe quedar en el plano de las ideas, hay que bajarlo a tierra.
La producción de la obra, obviamente es lo primordial, es el ‘producto’ a vender.
Esta es condición necesaria pero no suficiente. Necesitará dar a conocer su obra, publicitarlas, generar contactos, manejar redes sociales, fijar precio de venta y además hacer tareas administrativas.
El ‘producto’ que el artista vende, tiene que encontrar su nicho en el mercado del arte: cuales son los potenciales clientes, los puntos de venta y/o exposición, identificar que ofrece ‘la competencia’, que objetivos de rentabilidad quiere alcanzar, cuál es su FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas)
En otras palabras, y quiérase o no, lo que el artista tiene en sus manos es… una empresa.
Cada empresario o emprendedor define sus metas y objetivos a alcanzar, y de acuerdo a lo que logre, se podrá calificar su gestión como exitosa o no, y muchas hasta independientemente de cómo es su obra.
Y así como para componer sus obras creativas, seguramente tiene un marco de disciplina, constancia y tenacidad, lo mismo tendrá que tenerlo para realizar las tareas en este marco organizativo y de negocio.
De esta manera estará encaminado hacia la obtención de la rentabilidad buscada y podrá ir corrigiendo el rumbo si advierte que los resultados no son los esperados
Tener este marco de negocio, permite inclusive encontrar inversores, en caso que se necesiten recursos, de la índole que sean. No siempre es dinero, a veces es colaboración personal, que también es una inversión.
A estas personas que aportan su dinero y o su tiempo, quizás no se les pueda retribuir la inversión, pero si se les mostrará la responsabilidad y contundencia con que se encaró el proyecto artístico.
Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas. [Woody Allen]