El Gremlin que no quería cambiar
En situaciones críticas, Innovar es imprescindible para la supervivencia de las organizaciones modernas, y muchas veces, este tema incomoda a directivos, e incluso a grandes líderes de la economía y de la política.
Podemos convenir en que el requisito fundamental, el corazón palpitante de la innovación misma, es el cambio. Mejor dicho, la capacidad de comprenderlo, aceptarlo y abrazarlo.
El cambio, por un lado provoca excitación y genera expectativas, y por el otro trae tensión, miedo, a menudo bloquea y paraliza. "Quién deja el camino viejo por el nuevo sabe lo que deja pero no sabe lo que encuentra".
No se puede cambiar empresas u organizaciones, si los directivos no están dispuestos internamente a concretarlos. La aversión al cambio es un factor muy íntimo, que en forma de pensamiento, ataca primero al individuo que debe llevarlo a cabo, antes que a los equipos o grupos.
A estos pensamientos que gritan o susurran con una voz que siempre juzga y prohíbe, el escritor Richard Carson los llama "Gremlin" , como esos monstruitos de la película homónima.
El Gremlin es un maestro de las excusas razonadas y siempre está presente en momentos de innovación y de cambio. A veces tomará la forma de un jefe autoritario, un socio exigente, un amigo o familiar que juzga, etc, asumiendo diversos aspectos y tonos de voz.
Richard Carson dice, "hay un Gremlin dentro de usted. Él es el narrador en su cabeza". ¿Quién no se encontró con el Gremlin que repite como un mantra " “siempre lo has hecho así, ¿por qué arriesgarse?”, “No tengo tiempo”, “vas a fallar”, “déjalo para otro día”, “eres un desastre”, “no puedo"…?
Éste buscará dentro de sus fantasías para encontrar el disfraz más adecuado, las palabras más persuasivas, los motivos más razonables para bloquear el cambio.
El más peligroso es el que se disfraza astutamente de “sentido común”, “prudencia”, “moderación”, haciéndole creer que si se mantiene en su zona de confort lo protege del fracaso o sufrimiento, cuando en realidad le está impidiendo avanzar.
Sin ánimo de adentrar en cuestiones psicológicas personales, podemos decir que el Gremlin se puede domesticar.
En primer lugar, Uno debe reconocer 'su Gremlin interno', y en segundo lugar, reconocer que Uno no es ‘su Gremlin’.
Así como el Gremlin es su creación mental, Usted puede crear su “Gizmo”, su diálogo interno positivo, que puede ayudar a cambiar las viejas creencias inconscientes y manejar esos temores paralizantes. Por cada declaración negativa, hay una declaración positiva de igual magnitud y sentido contrario.
El Gremlin buscará permanecer. Todo eso es normal en un proceso de cambio. Gradualmente se irá dando cuenta sin lugar a dudas que cambió de actitud y que podrá encarar los cambios e innovaciones que su empresa u organización necesita.
