
El problema de ver el mundo sólo en blanco y negro
El término técnico, es “pensamiento dicotómico”. Este pensamiento divide tajantemente la realidad en luz y sombra, borrando la complejidad de todos los matices.
Piensa en términos de "todo o nada". Ejercer el pensamiento dicotómico es creer que las personas son amigas o enemigas, que todo lo que no es un éxito es una quiebra, que es ahora o nunca, todo o nada y así siguiendo.
La dicotomía estructura la vida de forma rígida y permanente, reduciendo la realidad de las personas y de los hechos a dos categorías opuestas, mutuamente excluyentes o en conflicto entre ellas.
Es cierto que el pensamiento dicotómico es tranquilizador, sobre todo si el pensador se ubica a sí mismo en el lado de la razón, la inteligencia, la justicia, y la verdad.
Pensar sólo de esta manera, puede nublar nuestra capacidad para juzgar y tomar decisiones correctas. Es muy tranquilizador en el corto plazo, pero a largo plazo tiene varias desventajas:
- Limita la capacidad de entender el mundo, que no es blanco o negro, siempre, ni en todas partes ni de la misma manera.
- Reduce la cantidad de opciones disponibles y elimina la posibilidad de mediación.
- Impide alternativas creativas si los límites son estrictos, los juicios son finales y el camino correcto es uno sólo.
- Provoca angustia: lo que no está bien, sólo seguirá empeorando porque no puede salirse de su camino. Lo negativo se convertirá en catastrófico... y no hay escape.
Sin embargo, todos pensamos en esquematizaciones dicotómicas: paz y guerra, Oriente y Occidente, públicos y privados, masculino y femenino, vicio y virtud, salud y enfermedad, juventud y vejez, entre otras.
Pero esas dicotomías que parecen polarizaciones extremas, son en realidad un continuo. Entre un polo y otro no hay un abismo, sino una extensa zona de colores que los une.
Aceptar una postura excluyente es necesaria cuando se desea elegir una causa a la que dedicarse. Pequeñas dosis de pensamiento dicotómico pueden ser útiles para orientarse, siempre que se recuerde que la dicotomía es sólo aparente, y que se debe estar atento a los todos los colores que una visión paciente y equilibrada del mundo, puede regalar.